Iglesia Anglicana

Iglesia Anglicana
San Andres Apostol

viernes, 10 de febrero de 2012

Comunión Anglicana

                                              Comunión Anglicana
 
La Comunión Anglicana, una fraternidad amplia de 38 provincias autónomas e interdependientes que están en plena comunión con el Arzobispo de Canterbury, es una de las comuniones cristianas más numerosas del mundo, con aproximadamente 77 millones de miembros
La Comunión Anglicana se considera parte plena de la Iglesia Cristiana: Una, Santa, Católica y Apostólica, y se declara Católica y Reformada, al respecto, es interesante la frase del Deán Henry Forrester (México, 1906): «Católica, aunque no romana y Evangélica, aunque no protestante».
Para muchos anglicanos, representa también una forma de catolicismo no-papal, y para otros, una forma de protestantismo sin figuras fundadoras tales como Martín Lutero o Juan Calvino.
Pero en la línea del anglicanismo clásico, los planteamientos del teólogo isabelino del siglo XVI Richard Hooker en Essays on Ecclesiastical Polity, siguen expresando la identidad anglicana como prudente combinación entre estas dos tradiciones cristianas, una Vía Media entre ambas, mediante una aplicación equilibrada de tres criterios esenciales de fe y ética:
  1. La Sagrada Escritura
  2. la Tradición apostólica y
  3. la Razón




Así entonces, con algunas diferencias de énfasis doctrinal y litúrgico, las iglesias de la Comunión Anglicana mantienen su unidad a través, principalmente, de la comunión sacramental con el Arzobispo de Canterbury, y la celebración de la liturgia conforme a las diferentes versiones autorizadas del Libro de Oración Común.

Valores y características destacadas

 

Los fundamentos doctrinales del Anglicanismo, expresados en el llamado Cuadrilátero Chicago-Lambeth, son cuatro elementos de la fe cristiana, basados en un texto del siglo V conocido como Commonitorium, de San Vicente de Lerins: Id teneamus, quod ubique, quod semper, quod ab omnibus creditum est; hoc est et enim vere proprieque catholicum ("Debe tenerse como propiamente católico aquello que ha sido creído en todas partes, siempre y por todos"), a saber:
  1. La Biblia, o las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamentos, como base de la fe cristiana.
  2. Los Credos Apostólico y Niceno, como resúmenes suficientes de la fe contenida en la Escritura.
  3. Los Sacramentos del Bautismo y la Eucaristía, como medios indispensables, externos y sensibles (instituidos por Cristo), como medios de la Gracia de Dios, que es interna y espiritual. Esta jerarquización no elimina los otros cinco sacramentos tradicionales (Penitencia, Confirmación, Matrimonio, Ordenación y Uncion de los Enfermos) que, instituidos por la Iglesia con la autoridad de Cristo, se añaden a los dos primeros.
  4. Los Anglicanos (episcopales) poseen sucesión apostólica ininterrumpida y reconocida por las iglesias ortodoxas y veterocatólicas, y que a la luz de las últimas conversaciones entre la Iglesia Católica Romana y la Anglicana en la ARCIC (Comisión Internacional Anglicana-Católica Romana) se reconocen como validas también por la Iglesia Católica Romana aunque aun no de forma oficial.
Estos cuatro elementos se comprenderían a la luz de: La Escritura, la Tradición y la Razón, que servirían como triple criterio para discernir la fe y la ética del cristiano.
Entre los anglicanos no existe una veneración de santos propiamente dicha; antes bien, en la medida en que la Iglesia, como Pueblo de Dios, es Santa, todos sus miembros bautizados lo son, no por sus merecimientos morales, sino en virtud de su vocación. Sin embargo, la Iglesia honra a Dios y le da gracias «por la Gracia depositada en sus santos, que han sido luces del mundo en su propia generación»; de esta manera, es posible honrar, dentro de la liturgia, y con arreglo a un Calendario Eclesiástico (santoral similar al romano), a los bautizados que han sido héroes de la fe.
En las iglesias anglicanas existen diversas imágenes de Cristo, la Virgen María y los santos: iconos, retablos, conjuntos escultóricos y, sobre todo, vitrales; sin embargo, en los ambientes anglicanos suele establecerse una clara diferencia entre utilizar imágenes en el culto (práctica generalmente aceptada), a rendir culto, de cualquier índole, a las imágenes. Este criterio distingue al anglicanismo tanto de las tradiciones protestantes, como de las católico romanas y ortodoxas, en lo que al tratamiento de las imágenes religiosas se refiere. La misa anglicana es similar a la católica, y al igual que esta incluye una Epíclesis (o sea, una invocación al Espíritu Santo). Prefacio, plegaria Eucarística y liturgia penitencial.

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