Fundamentos de la fe
La Iglesia
Episcopal reconoce tres fundamentos de la fe:
- Es la fuente y autoridad de toda doctrina (2 Timoteo 3,16). La Iglesia Episcopal cree que las Escrituras contienen toda la doctrina necesaria para la salvación, y que nada que no esté explícita o implícitamente en ellas es considerado como artículo de fe, ni necesario para la salvación. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento contienen la Revelación de Dios a los hombres, y son la Palabra de Dios que proclama a Jesús como Dios y hombre y como el Mesías, el Cristo.
La
tradición:
Nos ayuda a interpretar la Escritura y se subordina a ella. Nos
permite compartir las experiencias de los primeros cristianos y de los fieles
de todas las épocas (2 Tesalonicenses 2,15). Preserva himnos, plegarias, etc.,
que mantienen viva nuestra fe y la fortalecen. Por su continuidad y
consistencia, la tradición nos ayuda a preservar las verdades esenciales
mediante la liturgia.
La
razón:
La Iglesia Episcopal fomenta en sus miembros el uso de la razón
para explorar y comprender las obras de Dios y para tomar decisiones
responsables bajo la guía de la Escritura, o recibiendo el consejo de un
ministro ordenado, o en respuesta a la oración sincera.
LOS CREDOS:
Son símbolos de la fe cristiana que expresan claramente nuestra fe
en la Santísima Trinidad. La Iglesia Española Reformada Episcopal acepta los
tres credos de la Iglesia primitiva: El Credo Apostólico, el Niceno y el de San
Atanasio.
PRINCIPIOS
BÁSICOS DE LA FE CRISTIANA:
La Santísima Trinidad:
Dios se manifiesta al hombre en tres personas(Mt 28,19; 2Cor
13,14)
Dios Padre Creador: Dios es amor, y también es justo, infinito, todopoderoso, bueno; tiene un propósito para el hombre revelado por sus propias vías.
Dios Padre Creador: Dios es amor, y también es justo, infinito, todopoderoso, bueno; tiene un propósito para el hombre revelado por sus propias vías.
Dios Hijo Redentor: Dios hecho hombre para nuestra salvación. Su
vida, muerte y resurrección nos libera de las limitaciones del pecado y de la
muerte.
Dios Espíritu Santo Santificador: Actúa dentro del hombre, da vida
a la Iglesia y nos capacita para asemejarnos a Jesucristo.
La Salvación:
Significa el fin de nuestra separación de Dios y el comienzo de
una vida nueva acorde con su voluntad. Se consigue por el hombre únicamente a
través del sacrificio de Cristo (1 Timoteo 2,4). El hombre es pecador (todos
los seres humanos) (Romanos 5,19), y como consecuencia de esto se encuentra
separado y destituido de la gloria de Dios. Jesucristo es la única provisión de
Dios para el pecador: es el único mediador entre Dios y el ser humano. Gracias
a que Él murió por nuestros pecados, podemos ser perdonados y podemos volver a
tener comunión con Dios (Juan 3,16). Para ello debemos arrepentirnos de
nuestros pecados (o sea, cambiar de actitud) y volvernos a Él (Hechos 2,38).
Debemos recibir a Cristo por fe, mediante una invitación personal, aceptándolo
como nuestro salvador y dejándolo que Él sea el Señor de nuestra vida. Así
podremos conocer y experimentar el amor y el propósito de Dios para nuestra
vida. Somos llamados a seguir a Jesucristo en la confraternidad de su Iglesia.
La Iglesia:
Es el pueblo de Dios, como
un cuerpo cuya cabeza es Cristo; todos los bautizados son sus miembros. La
Iglesia es:
-Una: Un cuerpo con una cabeza (Efesios 1,22; Mateo 16,18).
- Santa: Porque El Espíritu Santo mora en ella y en sus miembros y estos son llamados a la santidad. (Hechos 2, 1-11; 1 Pedro 1,16).
- Católica: Universal. Mantiene la fe para todos los lugares y todas las gentes(Mateo 28,19; Marcos 16,15; Hechos 1,8) el primero en llamarla así fue san Ignacio obispo de Antioquia cerca del 110 d.C. En una carta a la iglesia de Esmirna.
- Apostólica: Es continuidad de la enseñanza y hermandad de los apóstoles(Efesios 2,20; Apocalipsis 21,14)
- Santa: Porque El Espíritu Santo mora en ella y en sus miembros y estos son llamados a la santidad. (Hechos 2, 1-11; 1 Pedro 1,16).
- Católica: Universal. Mantiene la fe para todos los lugares y todas las gentes(Mateo 28,19; Marcos 16,15; Hechos 1,8) el primero en llamarla así fue san Ignacio obispo de Antioquia cerca del 110 d.C. En una carta a la iglesia de Esmirna.
- Apostólica: Es continuidad de la enseñanza y hermandad de los apóstoles(Efesios 2,20; Apocalipsis 21,14)
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El Culto:
Es una respuesta gozosa al amor de Dios. Expresa el gozo de la
salvación y nos da una oportunidad de adorar a Dios y recibir de Él fortaleza y
perdón (Efesios 3,14. 21). De este modo compartimos nuestra fe con otros
creyentes. El culto episcopal es litúrgico (se remonta a la antigüedad y se
desarrolla hasta el presente). Se suelen utilizar la Biblia (que se lee
regularmente a través del año eclesiástico), el libro de liturgia (o de
oración, que contiene los órdenes del culto ordinario y de cultos especiales) y
el himnario (que contiene himnos y cánticos). Los cultos pueden ser desde
simples hasta ceremoniosos y solemnes.
Sacramentos:
Un
sacramento es un signo externo y visible de una gracia interna e invisible. Hay
dos sacramentos instituidos por Cristo, medios de gracia esenciales para todo
cristiano y 5 instituidos por la Iglesia.
Bautismo:
Es la puerta de entrada a la familia de Dios.
Se administra una sola vez a cada persona (Efesios 4,5). (Generalmente en la
niñez). Se realiza con agua, simbolizando la limpieza del pecado (Marcos 1,8),
y se invoca a la Santísima Trinidad (Mateo 28,19). El don interior y espiritual
es la unión con Cristo en su muerte y resurrección, el perdón de los pecados y
un nuevo nacimiento a la familia de Dios (Juan 3, 5-6), la Iglesia.
Santa Cena:
Se trata de la conmemoración y acción de gracias por la muerte y resurrección
de Cristo. Se utilizan el pan y el vino. El cuerpo de Cristo se da, se toma y
se come de un modo celestial y espiritual (Mateo 26, 26-28), y el medio por el
cual se recibe y se come es la fe. Por el sacramento de la Eucaristía, los
miembros de la Iglesia se ofrecen a sí mismos a Dios en arrepentimiento, amor y
fe, recuerdan su muerte, testifican su sacrificio y renuevan su esperanza en la
comida celestial. La Iglesia Episcopal practica una política de comunión
abierta a los miembros comulgantes de las demás iglesias cristianas.
Además, hay cinco sacramentos que se desarrollaron en la Iglesia
bajo la inspiración del Espíritu Santo, pero que no tienen la misma naturaleza
que los anteriores. No fueron ordenados por Cristo, y no se aplican a todos los
fieles.
Estos son:
Confirmación:
Servicio por el cual,
mediante la oración e imposición de manos por el obispo, y con la acción del
Espíritu Santo, se renueva y fortalece el compromiso con Cristo hecho en el
bautismo.(Hechos 8, 14-17; Hechos 9, 17-18).
Matrimonio:
Mediante este signo, el
hombre y la mujer, entrando en unión para toda la vida, hacen sus promesas ante
Dios y piden su gracia y bendición para cumplirlas(Mateo 19,5-6; Efesios 5,
23-33).
Reconciliación del penitente:
Reconocimiento y confesión a Dios de los pecados, hecha libre y
voluntariamente en presencia de un ministro, y con un sincero deseo de cambiar
de actitud. Por medio de la absolución, el ministro afirma el perdón de Dios y
la reconciliación del pecador. (Jn 20, 21-23; 1 Jn 1,9; Hechos 19,18; Santiago
5, 16 ).
Unción de los enfermos:
Servicio por el cual se da
la gracia de Dios para la sanidad física y espiritual en respuesta a la fe y
oración. Se muestra con la imposición de manos o por la unción con
aceite.(Santiago 5,14)
Orden Sacerdotal:
Mediante este rito, se consagran cristianos al servicio de Dios.
Reciben el poder y la gracia que les ayuda a dedicar sus vidas al bien de la
comunidad enseñando, administrando los sacramentos y gobernando la
Iglesia.(Hechos 14,23; Tito 1,5; Santiago 5,14).
El Ministerio:
El triple ministerio es el centro de la estructura de la
Iglesia, que así expresa su unidad:
Obispos:
El obispo es el vigilante espiritual de una diócesis (grupo de
parroquias y misiones) que lo ha elegido para ese oficio. Actúa como gobernante
de la Iglesia, consejero del clero; tiene el poder de ordenar presbíteros y
diáconos, consagrar a otros obispos y administrar la confirmación. Los obispos
son los sucesores de los apóstoles, por lo que se dice que la Iglesia sigue la
línea de sucesión apostólica. Cuando se trata de un obispo de una provincia
(grupo de diócesis) se suele hablar de arzobispo.
El Presbítero:
La palabra presbítero significa anciano. El presbítero o pastor es
el que dirige la parroquia. Sus actividades incluyen aspectos pastorales,
espirituales y educativos; enseña y bautiza, celebra la Santa Comunión,
pronuncia la absolución y la bendición en el nombre de Dios y realiza otras
muchas funciones.
El Diacono:
Del griego diakoné que significa servidor. El diácono asiste al
presbítero en su trabajo parroquial, o ministra bajo la supervisión del obispo
en una misión o parroquia no organizada.
Aparte de estos ministerios ordenados, pueden existir en la
Iglesia agrupaciones con finalidades especiales de trabajo, como grupos de
mujeres, hombres, jóvenes... También se potencia el trabajo de los laicos en
los ministerios de instrucción a los niños, evangelización, acción social,
mayordomía... Existen en la Comunión Anglicana órdenes religiosas que
generalmente realizan funciones en el campo social, médico o educativo, además
del religioso.
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