Iglesia Anglicana

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San Andres Apostol

miércoles, 25 de enero de 2017

Entrevista al obispo protestante de Madrid.



"católicos y anglicanos podemos trabajar juntos en justicia social, y también en lo teológico" según el obispo Carlos López, obispo anglicano de Madrid.
"Si el documento sobre la Justificación se hubiera firmado en el siglo XVI, Lutero no hubiera sido expulsado"
La guerra civil y la represión franquista para nosotros fue un desastre. Tres de nuestros párrocos fueron fusilados en el bando franquista. El estado nos expropió 17 escuelas y 26 edificios, de los cuales nunca nos ha dado compensación
 (Jesús Bastante).- Comienza la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Con este motivo, desde RD hemos preparado una serie de entrevistas para dar a conocer la realidad de las confesiones cristianas no católicas en España, los retos y puntos de acuerdo para avanzar en el camino ecuménico. Hoy nos acompaña Carlos López, el máximo responsable de la Iglesia Anglicana en España.

¿Quiénes son los anglicanos en España? ¿Cuántos son, dónde están, cuál es su presencia en nuestro país?
La comunidad en España es pequeña, aunque yo diría que con bastante influencia y presente en casi todas las provincias españolas. Se estableció en 1868. En 1880 elegimos a nuestro a nuestro primer obispo diocesano y nacional, que era Juan Bautista Cabrera. Y desde entonces desarrollamos nuestra vida y nuestra presencia en España de una forma normal. En el siglo XIX, con bastantes contactos con el partido liberal y progresista. Sagasta fue un gran amigo de nuestro primer obispo.
La guerra civil y la represión franquista para nosotros fue un desastre. Tres de nuestros párrocos fueron fusilados en el bando franquista. El estado nos expropió 17 escuelas y 26 edificios, de los cuales nunca nos ha dado compensación. Y un diputado del parlamento español de la antigua Unió democrática, que pasa por ser un partido demócrata cristiano, me dijo, en una ocasión en la que le hablé de una compensación, dándome una palmadita en el hombro: uy, señor obispo, si el estado tuviera que compensar a todos los damnificados por la guerra civil, entraríamos en bancarrota. Así que no espere usted ninguna compensación. De hecho ni la masonería, que también recibió numerosas expropiaciones, ni nosotros, hemos sido nunca compensados. En los sindicatos sí, por razones políticas, se les compensó todo.
Como le decía, se nos expropiaron bastantes edificios, varios de nuestros clérigos fueron fusilados, otros fueron al exilio, otros murieron prácticamente en la indigencia y en la persecución, y esto retrasó mucho nuestra presencia en España.
A partir del Decreto de tolerancia del 67, la Iglesia se estableció un poco mejor.

Estamos hablando de España hace 40 años.

Sí, no hace tanto. En los años 80 comenzamos a organizarnos en antiguas parroquias, y hoy creo que puedes encontrar una parroquia anglicana en casi todas las provincias de España. En Santander, no tenemos, y algo de Castilla la Mancha, tampoco. Pero en todas las demás tenemos presencia.

La catedral, que es que es una preciosidad, está al lado del Museo Romántico, muy cerca también de la iglesia de San Antón. Es vecino, prácticamente del padre Ángel.
Esta catedral se comenzó en 1880, con un boceto de uno de nuestros miembros más ilustres del siglo XIX, que fue Juan de Madrazo y Kuntz, hermano de Federico de Madrazo, arquitecto que hizo el primer boceto. Y luego, el mismo arquitecto que comenzó la Almudena, Jaume Repullés y Segarra, finalizó nuestra pequeña catedral. Es una catedral tipo neogótica-ecléctica, madrileña.
Muy bonita y con buena acústica, además. Estamos hablando de ecumenismo y muchas veces nos olvidamos de que el ecumenismo se hace conversando y se construye reino, también viviendo. Tenéis unas oraciones al estilo taizé, que probablemente es una de los grandes ejemplos de ecumenismo práctico la Comunidad de Taizé, desde hace muchos años. ¿Cuál es vuestra visión acerca del trabajo ecuménico que se está realizando en España?
Yo diría que el ecumenismo en España, como es normal, pasa por diferentes fases. Durante el tiempo del papado de Juan Pablo II, los ecumenistas hablan de una "edad de hielo", ya que Juan Pablo II fue bastante frío en su acercamiento a las otras iglesias, posiblemente por su background de venir de un país anteriormente comunista, etc.
A partir de esa "edad de hielo", que sucedió a la "edad dorada" después del Vaticano II, sobretodo con Pablo VI donde el ecumenismo se desarrolló mucho, Ratzinger dio unos pasos muy importantes, y el papa Francisco, todavía mucho más importantes.
A nivel mundial estamos así, y España es un reflejo de lo que el Vaticano o las altas directrices de este, apuntan. Yo he visto que las propias acciones del Papa tienen su reflejo en España.

Da la sensación de que en este pontificado, España va un poquito como a rebufo del Papa, va más despacio.
Yo era muy joven cuando el Vaticano II estaba terminando. Pero recuerdo que decían que a España le costaba más acercarse a recibir la cosa del Vaticano. Y creo que en parte puede ser normal. España es un país que tiene sus propias características. Y no olvidemos que para los anglicanos españoles, la guerra civil y los 40 años de dictadura fue una tragedia, pero también para la propia Iglesia católico-romana, que entre sus jerarcas tuvo personas que habían estado en el bando nacional y que durante 40 años estuvieron dirigiendo la Iglesia española en una actitud muy de aquella época y de aquella circunstancias. Y no podemos pensar que eso no tiene ninguna consecuencia que llegue hasta nuestros días.

¿Cómo es la relación con Osoro, el arzobispo católico de Madrid? ¿Ha cambiado respecto a la etapa anterior?
Sin lugar a dudas. Tengo que decir que con el anterior arzobispo y cardenal, las relaciones fueron muy correctas. Rouco fue tan amable de invitarme un día a comer cuando acababa de llegar como obispo anglicano a la sede de Madrid. Yo también le invité a comer un día en nuestra catedral y él aceptó. Pasamos un rato muy agradable. Las relaciones siempre han sido correctas y yo me he abstenido siempre de juzgarle, porque no es mi Iglesia y no la conozco.
Con el actual cardenal, don Carlos Osoro, son más cordiales porque es un hombre más cercano en sus relaciones. Como lleva poco tiempo todavía como obispo, estoy seguro de que las relaciones serán muy positivas. Otros obispos, puesto que nuestra Iglesia anglicana tiene una presencia nacional, en general tienen muy buenas relaciones con nuestra Iglesia.
El actual presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Blázquez, es un hombre entrañable en todos los aspectos. Un hombre tolerante, y desde mi punto de vista, además de amable y ser un buen teólogo, una persona con la que da gusto hablar. Lo mismo tendría que decir del arzobispo de Valencia, a quien conozco hace 25 años, y que a veces ha sido muy criticado. Sin embargo, me parece una persona entrañable, y en el caso del ecumenismo, siempre muy abierto. Ha estado en diálogo en nuestra parroquia en Valencia, siempre ha encontrado un eco en la archidiócesis de Valencia muy grande, y algunos de nuestros teólogos y párrocos siempre han sido muy bien recibidos.

Pero ¿te sientes entre iguales? Por tu cargo tienes que estar presente en muchas ceremonias, muchos actos representativos, en los que hay muchos obispos católicos.
A veces sí y a veces no. Depende de las personas. Ya sabes que estas cuestiones dependen del que te recibe. El que te recibe te puede hacer sentir muy bien, o como una persona de segunda clase. A mí no me importa, en realidad yo intento cumplir mis funciones como obispo anglicano, representar a la comunión anglicana, que son más de ochentas millones de personas en el mundo.

¿En qué cosas podemos trabajar anglicanos, católicos, evangélicos, para promover esa unidad en lo teológico y también en la práctica?
Desde que terminó el Vaticano II y desde que el Consejo Mundial de Iglesias ha ido elaborando algunos documentos, hay varios aspectos en los que podemos ser una voz unida y conjunta, aspectos como el de la justicia social, o de la igualdad.

En esas periferias existenciales de las que habla el papa Francisco.
Pues sí, podemos trabajar en lo social y también en lo teológico. Existe, con los anglicanos, una comisión conjunta católico-romana-anglicana que desde los años 70 viene elaborando documentos que son relevantes para católicos y para anglicanos. Debemos hacer todo que podamos de forma conjunta, porque Jesús nos llama a la unidad. Si todo lo que podemos hacer de forma conjunta no lo hacemos, para mí sería un pecado de omisión.

¿Pero unidad debe ser absorción o debe ser diversidad?
Desde el punto de vista anglicano, la unidad siempre tiene que ser en la diversidad.
Nosotros somos una comunión muy diversa y muy plural e intentamos estar en comunión a pesar de las diferencias y de las tensiones. Yo creo que ese tipo de comunión es la más importante. La uniformidad no ayuda a nadie, primero, porque Dios nos ha creado a todos únicos e irrepetibles. La uniformidad es un riesgo que no interesa.
Pero creo que la unidad y la diversidad en la pluralidad, respetándonos como cristianos, es bastante posible.

Hace unos meses Justin Welby y el papa Francisco mantuvieron un encuentro en el que rezaron juntos Vísperas. Firmaron un documento y también reconocieron los errores de cada una de las confesiones y esos pecados de omisión y de no apostar decididamente por la unidad. Reconociendo que hay problemas complicados, como la ordenación de las mujeres... ¿Cuáles son los puntos intocables para esa unidad y hasta qué punto tanto Francisco como Welby, que parecen tener una sintonía total, pueden trabajar para que esto deje de ser una utopía y se convierta en un camino real?
El camino de la unidad ya es una realidad. Caminamos juntos. Desde que el Vaticano II proclamó todos estos decretos sobre ecumenismo, ya hay unas directrices por parte de la Iglesia católico-romana.
Por parte anglicana, siempre hemos dicho que nuestra vocación es la unidad de los cristianos. Entonces, estamos dispuestos a trabajar con todo aquél que confiese a Jesucristo como señor de su vida. El camino está hecho.
Tanto el arzobispo Welby como el papa francisco fueron elegidos en unas fechas próximas y con unas circunstancias muy parecidas. Con un bagaje parecido, ninguno de los dos viene de la diplomacia vaticana o de la anglicana, sino que vienen de un ambiente más parroquial, con una cierta experiencia.
El arzobispo Welby, aunque su experiencia como obispo fue corta, estuvo en la diócesis de Durham, en donde hizo un trabajo magnífico de reorganización y de animación de la diócesis. Ambos tienen muchos puntos en común y se entienden bastante bien. Son un signo de esperanza para las dos confesiones.
De todas formas, el papa Francisco ha hecho algo que a mí me parece muy relevante, que es su visita a Suecia y su presencia en Lund. Yo fui el único español oficialmente invitado a estar en la catedral de Lund por una razón, la de que anglicanos y luteranos somos en Europa una única comunión actualmente. Es una comunión unida.
Me encantó ver al Papa y al presidente de la Federación Luterana Mundial firmar los documentos, intercambiarlos, celebrar juntos esa unidad.
El documento es muy interesante y sobre él está, en parte, basado el octavario de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos: "Del conflicto a la comunión". Es la idea de cambiar nuestras mentes. De pasar de ser personas e iglesias en conflicto, a personas que están buscando la comunión, y en comunión. Es una transición difícil pero importante, y es a la que nos llaman estos documentos.
También me encantó la homilía del Papa, que fue en castellano, como la del secretario de la Federación Luterana Mundial, que aunque es de origen alemán, ha nacido en Chile.
Más allá de los discursos, la sensación que uno tenía como espectador es que no desentonaba ninguno con el otro. Que estaban experimentando realmente una unidad. Incluso la celebración, aunque hubo alguna crítica porque había una mujer presbítera.
Una obispo. La actual arzobispo de Upsala de la iglesia luterana, es una mujer.

La sensación era de una normalidad que hacían demasiado artificiosas las críticas que vienen en torno a los detalles.
Yo creo que todo lo que exceda del documento que se firmó, son detalles. Incluso la celebración, es un detalle relevante. Estuve presente en los dos actos del Papa con los luteranos, tanto en la catedral de Lund como en el estadio Malmö Arena. Fueron momentos muy cordiales y lo que más destacaría serían las palabras del Papa en el segundo acto; cuando habló del acento que pone Cristo en la unidad. Me conmovió que dijera que no hay nada el mundo más importante que Cristo, que es el centro de nuestra unidad, y volver a Cristo es importante.
Además, es una de las bases del documento que han suscrito el Consejo Mundial de Iglesias y el Vaticano para esa semana de Oración. Es normal que se hable de Lutero cuando estamos en el quinto centenario del inicio de la Reforma. Aunque la comunión Anglicana no nace estrictamente en ese momento, porque las 95 tesis son de 1517. Y la comunidad anglicana nace unos años después.
La gente no sabe, por ejemplo que varios discípulos, que estuvieron en la casa de Lutero, eran españoles e ingleses. Los dos españoles son Antonio Díaz y Francisco de Enzinas. Por supuesto, la Inquisición los condenó después.
Lo mismo pasa con varios ingleses que están en el círculo más próximos de Lutero, que llevan las ideas a Inglaterra. El arzobispo Cranmer, que es el padre de la Reforma inglesa y era el arzobispo de Canterbury, estudió en Alemania, se casó con una mujer alemana. Creo que para todos y especialmente estos últimos años, el inicio de la reforma es algo significativo.

¿Es escandaloso, como dicen algunos, decir como dice el documento, que Lutero fue un testigo del Evangelio?
Para nosotros no, todo lo contrario. Estamos totalmente convencidos de que Lutero recordó a la Iglesia que hay que volver a las fuentes, a Jesucristo, a la centralidad de las sagradas escrituras, a vivir una fe dependiente de Jesús de Nazaret.
Entiendo que debido a que Lutero ha sido un personaje muy denostado y que de él han escarbado sus errores, porque los tenía, haya reservas.
Y que como hombre tuvo una trayectoria, pero es prácticamente indudable que el deseo de Lutero no era el de promover un cisma y romper la Iglesia sino más bien al contrario, modificar. Que el tiempo ha acabado por darle la razón. La propia Iglesia católica, es verdad que cinco siglos después, no tiene nada que ver con la de entonces, en muchos casos.
Si el documento sobre Justificación por la Fe que han firmado católicos y luteranos en el siglo XX, lo hubieran firmado en el siglo XVI, Lutero no hubiera sido expulsado de la Iglesia. De hecho, Lutero dice que cuando nuestro señor el Papa reconozca esta doctrina fundamental de la justificación, entonces no habrá ninguna necesidad de entrar en polémica.
Yo creo que, por supuesto, Lutero no buscaba romper la Iglesia, sino que buscaba volver a la unidad original, a las fuentes, y para nosotros es un personaje muy importante en la vida de la cristiandad de occidente. No debería ser un escándalo.
Lo que dice el documento de diálogo entre luteranos y católicos es que durante varios siglos ambas confesiones hemos buscado los errores y las cosas negativas en los otros, y de eso es de lo que nos tenemos que arrepentir.

En lugar de trabajar en las cosas que nos unen para continuar ese camino.

Pero bueno, estamos en un camino muy positivo.

La comunión anglicana es muy novedosa en el sentido de que, al menos en Inglaterra, es una Iglesia que está muy ligada por un lado al poder real; la máxima autoridad, al menos sobre el papel, es la reina Isabel, pero a la vez es una Iglesia que se autofinancia desde hace dos siglos, prácticamente.
Sí. Pero hay que decir que la reina Isabel no es la máxima autoridad: es Cristo en primer lugar, y luego, el Sínodo General de la Iglesia, que está presidido por los arzobispos de York y de Canterbury. El papel de la reina es solamente un papel institucional de representar a la Iglesia. Y lo que sí que es cierto, es que a pesar de ser una Iglesia del estado, no recibe nada de éste desde hace prácticamente dos siglos, cuando la Iglesia decidió administrar sus propios bienes y no pedirle al estado nada ni recibir nada de él.
Es bastante independiente del estado, aunque tiene un papel institucional. De hecho, hay en la cámara de los lores, me parece que siete obispos que tienen silla. Pero su función en esta cámara, como no reciben nada del estado, es recordarle su herencia cristiana y evitar que se pasen leyes que sean injustas o que vayan contra la humanidad, contra los más débiles, etc. Yo creo que es más bien un papel interesante.
En España, la situación económica es completamente distinta en lo tocante a las religiones. No sé si has leído una entrevista que hizo el responsable del Ministerio de Justicia para estas cuitas, hablando de la posibilidad de que el IRPF se ampliara, y que la famosa casilla de la Iglesia pudiera ser, no solo de la Iglesia católica sino para todas las confesiones que están reconocidas como de notorio arraigo. ¿Qué piensas con respecto a esa posibilidad?
Creo que las palabras de buena voluntad del director general de Asuntos Religiosos y asuntos Internacionales, eran solo eso, palabras de buena voluntad. La realidad es que el estado no quisiera, si quiera, tener que dar a la Iglesia católica el IRPF. Siendo esto así, es difícil que permita unas casillas para las otras confesiones. No sabemos cuál es el futuro. Llevamos solicitando la casilla para otras confesiones de notorio arraigo 25 años y no ha habido respuesta.

Además, esas declaraciones coincidieron con un fallo del Tribunal Supremo acerca de una petición de FEREDE.
Creo que a consecuencia del fallo del Tribunal Supremo, son las declaraciones del director de general de Asuntos Religiosos y Asuntos Internacionales. Pero yo no tengo mucha esperanza sobre ese aspecto.

¿La Iglesia anglicana en España, necesita ese tipo de financiación?
No específicamente, porque llevamos 150 años de presencia y, con muchas dificultades, nos hemos autofinanciado. Nuestros fieles son bastante responsables, dentro de lo que cabe, para el mantenimiento de su propia Iglesia. Por poner un ejemplo, en un pueblo, no voy a decir cuál, tenemos una parroquia, y yo sé cuáles son sus cuentas desde que hice la vista episcopal. Es una parroquia que apenas tendrá 25 fieles, y su presupuesto duplicaba el de la parroquia católico-romana, que tenía 400.
Siendo respetuoso con la Iglesia católica, creo que le beneficiaría mucho el que sus fieles estuvieran más involucrados en el sostenimiento de su clero, como es en la Iglesia de Inglaterra, y no que se sostenga a través de un impuesto impersonal, sino que aquellos de la familia parroquial deberían ser los que aportaran el dinero para mantener directamente a su clero. Pienso que esto es muy importante.

¿En tu experiencia, eso también conlleva a que los laicos se impliquen más? ¿Que se sientan más corresponsables y a la hora de opinar, más libres, haciendo uso de lo que ellos mismos sostienen?
Creo que sí. Hace mucho bien. En lugares como EE.UU. donde la Iglesia católico-romana es económicamente independiente del Estado y de cualquier otro impuesto, ves que allí, (he vivido en los EE.UU. seis meses) su independencia y su nivel de involucramiento en la parroquia, no tiene nada que ver con España. Aquí encuentras muy pocas parroquias, me parece, en las que los laicos estén tan involucrados como lo están, hablando en general, en los EE.UU. donde hay una independencia económica.

¿En España, en la comunidad anglicana, hay mujeres sacerdotes?
Tenemos mujeres presbíteros y diáconos desde 1989, cuando nuestra Iglesia, en el Sínodo General, aprobó el acceso de la mujer a todos los ministerios.

¿Hay problemas respecto a esto?
En España, no. Podría pensar que tal vez algunos presbíteros o algunos fieles tuvieran sus reservas como es normal, somos una Iglesia plural. Pero no hay una oposición absoluta. Más bien al contrario, lo que hay es un movimiento de mucha simpatía hacia el ministerio de las mujeres. En realidad, como yo siempre digo, no hay hombres y mujeres presbíteros: hay buenos presbíteros y malos presbíteros.

Parece ser que el conflicto de la comunidad anglicana, a nivel mundial, es en la cuestión de ordenaciones de homosexuales y de la ordenación episcopal de homosexuales.
En realidad, en la comunidad anglicana habría que distinguir entre EE.UU. y el resto de la comunidad. En EE.UU. donde hay una cultura específica americana, se han tomado decisiones al respecto que la han separado del resto de la sociedad.

Estoy hablando de la Iglesia africana, que es muy importante.
Claro. Pero yo diría que es un hecho aislado. El resto de la comunidad mantiene una visión más o menos abierta y muy acogedora hacia las personas de otra orientación sexual que no sea la heterosexual, pero al mismo tiempo mantiene la enseñanza tradicional de que la familia, el matrimonio, debe estar compuesto por un hombre y una mujer. Solamente en EE.UU. puedes encontrar estas cuestiones. Y no creo que sean todas las comunidades. Tiene más que ver con su cultura posmoderna y otras cosas.

Carlos, ha sido un placer.
Igualmente.

Deberíamos repetirlo más a menudo, porque nos ofrece mucha información. A mí me ha sorprendido, porque no lo conocía, el hecho de esos tres sacerdotes anglicanos asesinados durante la guerra civil, y otros cuantos que malvivieron.
Y que se exiliaron.

Se habla mucho del conflicto religioso en la guerra civil, pero este tema se desconoce.
El de las minorías.

Nunca se habla de las minorías. Pero también, supongo que ser minoría, probablemente, siempre puede ser mucho más auténtico, en esto de lo religioso.
No lo sé. Yo nací en una familia protestante tradicional, y siempre he pertenecido a una minoría. Sí creo que eres un poco más consciente. Cuando era jovencito, la primera vez que fui a un colegio del Estado, porque siempre había estudiado en uno protestante, recuerdo que mi abuela me dijo: cuando te digan protestante, tú dices, a mucha honra. En aquél momento, antes de la muerte de Franco, había una gran discriminación. Pero nosotros lo llevábamos bastante bien. Lo aceptábamos plenamente.


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